Cuando lo visual cruza la barrera del plano
Desde hace algunos años, el audiovisual ha intentado expandirse más allá de la pantalla. Lo que antes era un “ver y escuchar”, ahora aspira a “sentir y explorar”. Tecnologías como la realidad aumentada, la realidad virtual y la realidad extendida ofrecen ese salto cualitativo: no solo proyectar escenas, sino insertar al espectador dentro de ellas. Este cambio redefine no solo el qué, sino el cómo del audiovisual.
Producción con nuevas dimensiones
En lugar de limitarse a grabar paisajes, personajes o decorados físicos, los creadores ahora experimentan con espacios híbridos: escenarios reales combinados con elementos digitales. Imagina una escena donde un actor interactúa con criaturas virtuales que solo tú ves por medio de gafas AR, o una narrativa donde el espectador decide hacia dónde mirar en un entorno 360°. Estas posibilidades están dejando de ser conceptos futuristas para convertirse en herramientas reales en producciones innovadoras.
Una tendencia reciente es el uso de algoritmos generativos para crear objetos 3D en tiempo real dentro de entornos AR. Un estudio reciente titulado “Transcending Dimensions using Generative AI: Real-Time 3D Model Generation in Augmented Reality” muestra cómo combinar inteligencia artificial con AR permite generar modelos tridimensionales en tiempo real, utilizando imágenes 2D como punto de partida. Esto abre la puerta para efectos visuales dinámicos y personalizados que reaccionan al entorno del espectador, no a un video pregrabado.
Otra innovación interesante es ARCADE, un entorno interactivo que integra optimización topológica dentro de espacios AR para diseño inmersivo. En lugar de crear estructuras 3D fuera y luego visualizarlas, el diseñador las “moldea” directamente en el entorno real, ajustando su forma y estructura con gestos. El audiovisual gana en fluidez y agencia.
Experiencias inmersivas que narran historias
Cuando el espectador puede moverse, mirar alrededor o interactuar, la narrativa debe adaptarse. Ya no basta con cortes o efectos visuales: el relato debe “vivir” dentro del espacio. Por eso muchos proyectos recientes apuestan por historias no lineales, entornos reactivos y mundos que cambian según la mirada del usuario. En este tipo de producciones, cada espectador puede tener una experiencia distinta aunque parta de la misma historia base.
Por ejemplo, en el ámbito comercial, algunas marcas usan AR para mostrar productos en el espacio real del cliente: al apuntar con el móvil, ves cómo queda un mueble en tu sala o cómo encaja una lámpara en la pared. Esa narrativa visual convertida en utilidad ya no es lujo, es una ventana al futuro de las piezas audiovisuales que “viven” junto al usuario.
Además, eventos en XR e instalaciones inmersivas comienzan a mezclarse con conciertos, piezas artísticas y espacios de exhibición. Ya no eres espectador pasivo: caminas dentro del escenario, ves los efectos desde distintos ángulos, cambias la luz o descubres detalles solo si los buscas.
Retos técnicos y creativos
Implantar estas tecnologías no es sencillo. Uno de los retos principales es la compatibilidad entre dispositivos y plataformas. La arquitectura propuesta en SARA: A Microservice-Based Architecture for Cross-Platform Collaborative Augmented Reality busca resolver el problema de múltiples dispositivos AR colaborando a la vez, mediante microservicios que regulan interacción, sincronía y permisos.
Otro obstáculo es el rendimiento: representar gráficos complejos, iluminación dinámica, seguimiento espacial y sincronía entre usuarios exige hardware avanzado y optimización constante. Si los FPS bajan o la latencia sube, la inmersión se rompe.
La experiencia de usuario también debe cuidarse: no basta con mostrar contenido bonito; debe tener sentido narrativo, usabilidad, indicios visuales que orienten al espectador y garantizar que no se pierda dentro del espacio. El balance entre libertad y guía es delicado.
Hacia una nueva era del audiovisual
Este no es un experimento pasajero. En 2025 se espera que AR y VR dejen de estar confinadas a nichos y entren con fuerza en cine, publicidad, educación y entretenimiento general. Las gafas AR están mejorando su resolución, peso, autonomía y compatibilidad con IA contextual. Por ejemplo, el reciente lanzamiento del Samsung Galaxy XR, un visor Android con integración de IA, apunta a hacer más accesible la experiencia XR para un público amplio.
Lo audiovisual del futuro no será “ver una película”: será entrar en ella. No será elegir qué ver, sino explorar lo que esté alrededor. Quien se atreva a romper con la línea fija y diseñar espacio narrativo responderá a una nueva generación de experiencias.